La noche del martes 28 de julio de 2015 fue asesinada, Gabriela Kabrins Albán, una exitosa empresaria hispana de Los Ángeles.
Se determinó a través del reporte forense que la víctima fue estrangulada y sufrió hemorragia cerebral por los golpes que recibió, provocando así la muerte de la mujer. También afirmaron que estando aún con vida fue abusada sexualmente con una pinza para el cabello. El ataque fue tan brutal que la policía no lo hizo publico; también agregaron que al ser encontrado el cuerpo, había un mensaje escrito con excremento sobre este.
El sospechoso de haberla asesinado es el mismo hombre que la acompañaba en el viaje a Sudáfrica: su novio, Diego Carlos Estuardo Dougherty Novella, hermano del presidente de Cementos Progreso.
El presunto asesino tiene 43 años, en el lado izquierdo del cuello tiene un tatuaje en forma de escudo con el número 13. Además, es miembro de una adinerada e influyente familia de Guatemala que es propietaria de Cementos Progreso (CEMPRO), una compañía fundada en 1899 y que está valorada en más de 1,000 millones de dólares.
El hecho de que Novella es adicto a ciertas drogas ha quedado establecido en el tribunal y es parte del argumento legal que prepara la defensa y con lo que se explicó la presencia de medio kilo de cocaína en el cuarto del hotel.
Un reporte del tribunal donde está siendo juzgado, en Ciudad del Cabo, contiene una impactante declaración del acusado en la que asegura que la noche del crimen tuvo alucinaciones, que estaba recibiendo mensajes en clave Morse mientras simulaba tocar la guitarra al caminar por la playa, donde pensó que había visto al cantante David Bowie.
La idea de lograr algo de justicia para Gaby, dicen los padres, es una de las pocas fuentes de fe y esperanza que tienen en medio de la pesadilla que aseguran estar viviendo y por lo cual están comprometidos a hacer lo que puedan para que el asesinato de su hija no quede impune.
«Interior del cuarto del hotel donde el cuerpo de Gabriela fue encontrado. «
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Fuente: TeleSur
